jueves, 29 de octubre de 2009

FIN DE SEMANA EN UNA ALDEA

23 al 25 de Octubre del 2009

Salimos de Phnom Penh a eso de las 11.30 de la mañana, justo después de haber dejado nuestros pasaportes en la Embajada de Laos. Esperemos que los tengan listos y sin problemas para cuando volvamos a la ciudad.

Y partimos hacia la provincia de Kompong Spue donde nos espera Piseth para llevarnos a su aldea.


Para llegar hasta Tumnup Village hemos escogido el medio más usado y económico, la moto taxi, en la cual pueden ir hasta 4 personas, 5 mas un bebe si uno se lo sabe montar bien (nunca mejor dicho!!!). Aunque en esta ocasión solo eramos 3.


En la aldea en total habíamos 4 “pieles blancas”, Mira de Alemania, Daniel de Nueva Zelanda. Emilio y yo.

La tarea principal del voluntario que se desplaza hasta allí es la de enseñar inglés en la escuela. Con ganas por asistir a la clase del viernes tarde, Emilio y yo pensamos algunos juegos para deleitar a los más peques… pero nos quedamos solo con las ganas… y se hizo el diluvio universal… y no paraba de caer agua y más agua… así que las clases se suspendieron. Pero hecho el refugio, hecha la fiesta. En Camboya es normal construir la casa en alto y dejar la parte de abajo como zona de vida cotidiana.




Y allí estabamos la familia que vivía en esa casa, los blancos, y la mitad de los niños de la aldea que se habían enterado de nuestra llegada.





Negrita Cursiva

Jugando, riendo, jugando, riendo, haciendo fotos, riendo y jugando… se pasó la tarde y cuando el sol dijo su ultima palabra antes de esconderse… una pequeña bombilla que funciona con batería y no con electricidad, se encendió para que la fiesta no parase. Y lo que la luz aguantó hasta agotarse, ese rato todos jugando a las cartas. Sin duda la estrella de la noche fue el super archi conocido juego del Memory.

El resto de fin de semana fue más de lo mismo, les enseñamos muchos juegos sencillos, de memoria, de visualización, de concentración, con las manos, con piedrecitas…

Lo que más recorderé sin duda de esta agradable experiencia es el cariño que desprende la gente de Camboya. Te sientes como en una gran familia, y nunca mejor dicho, pues desde entonces tengo no se cuantas hermanas y hermanos en la aldea y … una hija!!!

Si si, Brak. Así es como se llama y ella misma se autonombró como hija nuestra.

Cargados de amor regresamos a Phnom Penh donde al dia siguiente pudimos recoger nuestos pasaportes con un visado nuevo en su interior… Laos nos espera.



E-mail: unpaseilloporelmundo@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario